EL ETERNO PARPADEO DE
UNA MENTE CON RECUERDOS
Ese día nos encontrábamos a la orilla del rió, buscando piedritas que fuesen ovaladas, para luego lanzarlas y hacer que estas saltasen en la superficie del agua, después de un rato sentí algo de curiosidad por ver que cultivos crecían en las tierras de don Baronio, así que en compañía de Pilar, decidimos ir a dar un pequeño paseo. En la platanera encontramos a Marín, nieta de don Baronio, aunque rondaba los 20 años, su rostro poseía unos ojos grandes, ovalados, un poco rasgados, nariz pequeña y respingona, unas mejillas redondas, un mentón bien definido, lo cual le daba un airecillo a dulzura infantil, era de carácter apacible, noble y muy inteligente, aunque un poco torpe e inocente para su edad. Siempre tuve la sensación de un pequeño amor por ella, no digo que pudiese poner mi pecho para parar una bala, pero creía estar dispuesto ser la mejor versión de mi con tal de tener un chance con esa muchacha, a la que años más tarde me referiría como´´ Mi dulce soledad´´.
Aunque me es imposible expresar en palabras el efecto que causaba su presencia en mí, cada vez que la veía sentía un pequeño frio en el pecho, un suspenso por la inquietud de no saber que decir o cómo actuar, esta sensación se volvía más calma al estar junto a ella, el sentimiento siempre estaba ahí, en forma de pánico por sentir que algo podría arrebatarme a esa niña, y cuando ella estaba lejos, el tibio aire que rodea su esencia, se disolvía, dejándome en frió dolor.
Me sentía culpable de mis sentimientos hacia ella, no solo por la incapacidad de expresarlos y sincerar mis palabras, sino también por la pobre pilar, quien parecía siempre incomoda al estar los 3 juntos, puede que ella tuviese sentimientos propios así mí, pero tal vez y al igual que yo nunca los expreso, si bien era común oír a la gente hablando de ella, ya que era muy carismática, tan bien decían que era bonita, mas no una modelo, estatura media, cabello fino, castaño, cejas pobladas, ojos marrón claro, boca pequeña, labios amplios, rojizos, ciertamente tenía su encanto, pero yo francamente no sentía atracción por ella, mas que sexual, y siempre preferí no relacionarme con alguien para tratarlo como objeto, aun así, intime con Pilar y se puede decir que fuimos buenos colegas.
de nuevo, es de mi autoria.
Juan Camilo Rivera Hernandez
Lil Rosh